miércoles, 16 de junio de 2010

soldado que huye sirve para otra batalla

esta vez no fue que no escribí por falta de tiempo, si no por qué no sé qué aportar.
La cosa dejó de causarme gracia o parecerme divertida. ni si quiera sé si me divierte que los demás se diviertan leyendo que a mi ya no me divierte.
trabajo en una dirección en la que nadie está dispuesto a jugarse por nadie. todos le temen a un gordo con cerebro militar sulfatado. sí, se le sulfató el chip. se ve que, cuando lo echaron de gendarmería (viste que a los dinosaurios no los echan, les dan la baja?), se olvidaron de quitarle el chip y bueh, a falta de uso: se le sulfató.
la pena es que a mi no me da miedo. yo le temo a las ratas, a las cucarachas, a las moscas verdes zumbonas, pero a los dinosaurios vivos: ni un poco. su actitud solo me provoca indignación, rebeldía y unas tremendísimas ganas de no dejar que un sorete de semejante tamaño atropelle como lo hace.
a veces pienso que las personas que laburan conmigo no se enteraron de que la dictadura terminó y, hoy, los cuarteles son refugio de soldaditos que lo máximo que pueden hacer en este país es ir a las rutas a leer cartas de la presidenta de la nación a los manifestantes que cortan caminos. eso y ensayar para desfilarnos en los festejos patrios. éste, además, sirve pa’ pintar: si te observa quieta más de dos minutos, manda a que te pasen brocha blanco y celeste.
tomé una decisión. hoy iré a ATE (asociación de trabajadores del Estado) a pedir turno con un abogado. quiero preguntar cuáles son mis derechos y cuáles son mis obligaciones como contratada por locación de servicios. en principio leí un artículo bastante interesante (y obvio, por otra parte, pero que no está de más leer porque de tanto vacío uno se olvida qué carajo es) que explica las diferencias entre contrato de trabajo y contrato de locación. por contrato de locación no se cumple horario, no se tiene jefe, no se percibe salario sino honorarios. yo percibo honorarios pero tengo jefe, subjefe y, por si fuera poco, superior, firmo planilla de horario y tengo que presentar certificado médico si me sube la fiebre. al margen de que lo de percibir es figurado, porque al día de hoy no percibimos una mierda. ya: parece que "macrete" se fumó los fondos para los contratos de todo el año (un palito y medio de mi dependencia) y ahora hay que ver de dónde sacan para afrontar los compromisos. mientras buscan o encuentran la tarasca, no depositan los sueldos, honorarios o como mierda quieran denominar a la miseria que me pagan por hacer de mueble para que un milico con el cerebro limado me mande pintar de escarapela nacional.

ayer, sin ir más lejos, el gendarme sorete verde militar (y verde sorete) me maltrató tres veces en una reunión con todos los jefes de área (que por acá el que no es cacique, se pinta la jeta). por lo que supe después, el único que me defendió de las pelotudeces que debe haber dicho antes de que llegara, fue Sopapa. gesto por el cual, quizá, me banque que (Sopapa)me succione los cachetes cada vez que me saluda.
el tipo se obsesionó con mi hora de llegada pero es tan absurdo cualquier planteo que realiza que uno siente que es ridículo discutirle. y, cuando llegás al punto de no poder decir nada porque tu superior no piensa y solo espera que le digas "sí, señor", y le hagas la venia, solo queda ir a buscar asesoramiento legal. es decir: o aceptás entrar en el delirio del "sí, señor" y el carrera march, o buscás ayuda.
la absurdez de este gendarme con nostalgia de picana llegó al límite de sugerirme que prevea los piquetes, que salga antes por si un piquete me espera en el camino. y todos miraban como si nada, como si me estuviera pidiendo algo lógico. la cosa fue así: me llama el ratón pérez (mi nuevo jefe) para avisarme que a las 14 había reunión con el dinosaurio y que quería que yo estuviera. hasta ahí lo tomo como un gesto de compañerismo del ratón (viernes y lunes había faltado porque no me pagan y, por lo tanto, no puedo pagarle a la niñera que se ocupa de mi hija de 12). le dije que se me complicaba llegar porque tenía una hora de viaje pero que lo intentaría. salgo con tiempo para llegar de sobra. no va que me atrapa un piquete? me quedo 40 minutos como una naba esperando el 7 que jamás pasaría por ahí. ¿no es simpático que para ir al culo del mundo me tenga que tomar el 7? cuando la neurona que dejó en pie este mierda con sello de director, conecta, reacciono y me tomo otro bondi que me lleva al subte. en verdad me tendría que haber quedado ahí, pero una es básicamente pelotuda, si no, no estaría laburando dos años para un milico que no se enteró de que ya no está en el cuartel. así es que me gasté dos boletos más de los que debería para no llegar tan tarde. llego, que es lo que debí haber evitado, y me retiene ratón para que vaya con él (quizá _tengo un ataque de optimismo_ hizo que lo espere para que entrara protegida). cuando, ya en la reunión, el sorete con cargo de ídem, me acusa de llegar tarde no reparo en que da por válida la hora en que arremete contra mí. igual, qué le voy a discutir, ¿qué en realidad yo no llegué cuando le canté el aurora, sino cuando llegué? tres veces me carajeó delante de mucha gente. y ninguna de las tres veces noté la contención de nadie. a lo que voy: no esperes que alguien te ayude en la municipalidá. en lugares así el que no es garca es cagón. y el que no es ni garca ni cagón, no merece que yo lo ponga en riesgo.
así que eso. mi decisión está tomada: no me quedo en un lugar donde me mal tratan. todavía no nació la persona que me someta (ni por un salario, ni por una relación, ni por un techo, ni por nada, mucho menos por nada).
ahora, mientras sale otro laburo, resuelvo si voy a trabajar a las 14 puntuales o presento certificado médico porque vuelo de fiebre y tengo bronquitis de caspa. solo lo dudo porque para faltar tengo que llamar a la jefa de personal, un personaje tan pedorro que me da sueño de solo pensar que le tengo que expresar algo más que buenas tardes. ayer se me vino al humor porque el cartoon verde militar le pidió que me marque de cerca. también! hay que ser inútil para mandar a la hormiga culona a marcarme a mí. me dice la pelotuda con familia patricia municipal (esas familias que entraron una vez en el gobierno de la ciudad y andá a sacarlos: marido, hijo, nuera, amante: todos empleados estatales): "me pidió el director que resuelva el tema de tu horario porque no puede ser que trabajes de 15 a 18". ¿cómo, cómo, cómo? le digo así y la mina no es que tiembla, pero da la sensación. no sé si la intimido con mi tamaño o que se hace la temblorosa para embocarme. en cualquier caso no llega chuparme un huevo porque huevos no tengo y con los del gendarme ni siquiera me entretengo. le digo: "no voy a dar por válida la afirmación de que mi horario es ese, señora recurso humano”. termina la conversación con lo de siempre: que lo hable con el director, que ella no tiene cómo saber a qué hora me voy (se puede ser tan infeliz de aceptar que no tiene cómo mierda saber si me voy a las 17 o las 21?) por lo tanto asume que la verdad es lo que el cartoon verde militar le dice. y yo concluyo que ese lugar supera los niveles de imbecilidad soportables.
son de cuarta y de cuartel.

a ver qué me dicen los de ate. ¿tengo derechos? si los tengo, pienso hacerlos valer. caso contrario: asumo que tampoco tengo obligaciones. y que me rescindan el contrato. ya lo dije hace meses: yo me voy a ir, es lo mejor que puedo hacer por mí, pero no les voy a regalar tres años de laburo en zona inhóspita como si tal cosa. el escándalo y el intento de validar mis derechos como persona (juicio) me acompañan. y que el señor director le haga caso a maradona… y, si le da el empeine, la siga chupando.
hay que rajar, viejo. ya lo dice el dicho: soldado que huye, sirve para otra batalla.

martes, 30 de marzo de 2010

el cementerio de los imprescindibles

es el único lugar del planeta donde nadie utiliza nada de lo que hacés pero los jefes de diferentes áreas se pelean por vos como si fueras imprescindible.
¿son joda o me están jodiendo?

jueves, 18 de marzo de 2010

no quiero que me toqueeeeeeeeeeeeee

jefe 1
rey honesto, rey depuesto

lo que sí tiene la administración pública es que, dentro de la monotonía, siempre pasa algo. esta semana los acontecimientos me remiten a los jefes. resulta que yo tenía un jefe copado. un tipo responsable, honesto, agradable, con el que podías sostener una conversación si, por caso, se cortaba la luz y no había más que esperar que vuelva. el mejor jefe que tuve de todos los jefes que tuve a lo largo y a lo ancho de mi historial laboral. un chabón que cuando alguien venía a hablar mal de mi (o de cualquiera de su equipo)como primera medida me defendía con uñas y dientes, como segunda se hacía responsable del moco en cuestión y, recién, como tercera y última cosa, si es que ameritaba, bien bajito y sin testigos, me cagaba a pedos por el error, nunca sin antes estar seguro de que a) era error; b) era mío. eduardo pérez era un fan de mi trabajo. del mío y de todos los que laburábamos en su equipo. decía que criticar el trabajo nuestro era como criticarse a sí mismo. además entendía, como pocos(o como ninguno) mi humor. y mi mal humor, también. mi sarcasmo y mi ostrasismo. solo se enojaba conmigo cuando me olvidaba de cerrar el puto armario. pero yo le decía que tenía problemitas cuando me daban dos órdenes a la vez y se le pasaba. me parece que se me nota que extraño a mi ex jefe. después le voy a mandar un emilio para contarle.

congelado
eduardo pérez tiene 40 años de empleado estatal, legajo intachable. no lo he visto llevarse un lápiz que no fuera suyo. no lo he visto utilizando una camioneta para cuestiones personales nunca jamás. no lo he visto dudar si quiera, ni un atisbo de tentación. parece que los demás tampoco. y resulta que eso no es bueno, que no pudieron hacerle pisar el palito. laburante de aquellos. yo diría que no parecía municipal. también vi cómo le fueron erosionando el optimismo y el buen humor. total que lo pusieron en el freezer. esto es: él era director operativo de una dependencia en la que ese cargo es casi más necesario que el del director general. cuando te congelan, te quitan el cargo y con el cargo el sueldo que percibís por ese cargo. con lo cual, a pocos meses de jubilarse, tras cuarenta años de servicio impoluto, eduardo pérez se quedó en bolas. pasó a ser como un empleado común, con el impacto que esto puede significar en un chabón que vive de su salario y no cobra ningún vuelto. para colmo de males, si es que las casualidades existen, el huevón de M compró un sofware nuevo para liquidar los salarios. tan nuevo, tan caro y tan óptimo que liquidó para el orto el salario de muchos compañeros municipales. en el caso de mi ex jefe, directamente le liquidó el salario: hace tres meses que no cobra. a pesar de ello no lo he visto agitar masas, ni revolear escritorios, ni cagar a trompadas al responsable de sus penurias morales y económicas. me dijo que él duerme tranquilo y que por donde camina, recibe muestras incondicionales de afecto y respeto. le dije que lo segundo podía ser pero que los hijos de puta también duermen tranquilos. y cuando no pueden se mandan doble dosis de clonazepan.

jefe dos
a rey muerto, rey puesto.

uno de los delegados gremiales asume como director operativo.
¿ganamos un director o perdimos un delegado?
pregunté, pero nadie me respondió. como no tengo nada en contra de mi nuevo jefe, traté de respirar hondo y esperar que las cosas se acomoden. no va que al tercer día lo atropella un auto.
jodeme?! fue mi exclamación cuando me lo contaron.
por suerte está bien, no le pasó nada, pero estuvo como un mes sin venir. así que quedamos acéfalos. como si expulsada k, a cobos lo pisara un auto (dios no lo permita). como dos semanas después alguien se dio cuenta y todo siguió igual. el que hace, haciendo lo suyo y el que no, disimulando.
así que entre las fiestas, el accidente, el carnaval y las vacaciones, nos fuimos fumando el infierno hasta la fecha impuesta como límite: marzo.

ya es marzo y las cosas parecían normalizarse en una especie de mierda a la que cada quién intenta acostumbrarse y algunos decidimos no acostumbrarnos ni por todo el oro del mundo. pero, dentro de la desesperación reinante, mal que mal ya le había captado la onda a mi jefe nuevo y bueno, ahí estábamos, él aceptando que le puede llegar a servir mi laburo y yo tratando de que el laburo de tantos meses no terminé en la papelera de reciclaje.
no sé, digamos que, de alguna manera, ya me estaba acomodando. no va que viene mi jefe nuevo y me dice:
te aviso que hasta el 14 de abril no vuelvo.
y es acá donde llega el punto que motiva este post.

¿cómo un mes, basile?, le digo.
son mis merecidas vacaciones, me responde.

jefe tres
el interino (que bien suena a uterino)

¿y quièn se queda en tu lugar?, le pregunto.
ubaldo, me responde con sonrisita socarrona.
vos no tenés derecho a hacerme una cosa así. sos un abandónico, basile, le reclamo.
basile esboza otra sonrisa.
no te merecés mis respetos.
basile, cagado de risa.
no te rías, no ves que ubaldo es molesto: da besos húmedos, ernesto.
el tipo no podía parar de reírse.
es que vos te reís porque a vos no te besa. no te chupetea el cachete. vos andás mojándole los pómulos a las administrativas? además, te toca. y no son cosas mías, de ningún modo. porque yo antes de lanzar una acusación de tamaña magnitud al eter, me cercioro de que no sean ideas mías. y le pregunté a todas las chicas. y todas me dijeron: es verdad, es un asco. yo antes, me escondía, me metia debajo de los escritorios cuando lo veía venir, me abrazaba al primer municipal que se cruzaba pero ahora que es mi jefe cómo hago? o lo beso o me pone ausente.

con ubaldo no podés ir con la espalda medio descubierta porque el chabón te la toca. como te va a tocar? explicámelo.
bueno, me dijeron una vez, pobre tipo, se le murió la mujer de cáncer.
por un segundo me quedé: uy, pobre ubaldo, dije. porque en el fondo es buen tipo. aunque no te pongo las manos ni en el fuego de la cocina de la barbie por lo que acabo de decir. pero la comprensión pedorra me duró tres segundos. o sea. qué carajo tiene que ver que se le murió la mujer. lo acompaño en el sentimiento, lo entiendo no sabe cómo pero por eso me tiene que mojar el make up cada vez que me ve.
además, ¿cuándo se murió ubalda?
hace seis meses.
y si este hijo de puta me chuponea desde mucho antes. no, no, no... yo no voy a trabajar más. a mi me molesta. me modifica el humor, me predispone a prácticas criminales compulsivas. de pronto me encuentro deseando autos que sigan atropellando jefes.

así están las cosas, 30 grados a la sombra y yo voy con polera y pasamontañas al laburo. que se chuponee la lana, ubaldo y la reputísima madre que lo parió. hablando de lana. un día estábamos cuatro personas. a saber: basile, santiago, ubaldo y yo. yo concentrada en mi planilla (a la que mi ex jefe bautizó app _archivo plano y pedorro_ en homenaje a los que ninguneaban nuestra humilde base de datos). y estos andaban midiéndosela y contando pelotudeces machistas. entonces le toca el turno a ubaldo y empieza:
escuchá moria (él se piensa que yo me llamo moria porque mis compañeros me dicen moria por la vedette, mote que me quedó de una época más divertida en la que cuando iba con el pelo planchado y flequillo, pelaba la lima de uñas y les hacía chiribí chiribí a los compañeros de la privada).
y yo no decía nada y ponía cara de estoy trabajando, no tengo tiempo de escucharte. entonces me empieza a tocar el brazo para que escuche. por qué me toca el brazo si a mi el audio me vino en los oídos. en fin. que dale, moria, escuchá. viste cuando decís, si total lo voy a terminar escuchando, mejor lo escucho ahora así termina el suplicio de la manito en mi piel de una puta vez. bueh, no viste porque nunca te pasó semejante incordio. no va que el tipo se pone a contar cómo un amigo se cogía a una oveja. a vos te parece que un tipo, en mi lugar de laburo, fuera de todo contexto, me insista para que yo escuche cómo se culeaban a la ovejita del peón de campo. qué viejo pajero, dejate de joder. y este es el que esta de luto porque se le muriò la mujer (y conste que ese día harían dos meses, pobre señora de ubaldo).

la última fue ayer. voy respirando hondo y lo saludo:
hola ubaldo- y le ofrezco, como en sacrificio, mi pómulo izquierdo. ya familiarizada con la idea de que es imposible escapar de la saliva ubaldana practico un sistema que hace que el tipo no se pueda instalar demasiado en mi cachete. se trata de hacer fuerza hacia afuera, como si te expulsaras de la ventosa de la boca del cogedor de ovejitas. entonces cuando yo meto presiòn hacia fuera, noto que hay una fuerza superior que me impulsa hacia adentro. y yo, que llego loca de ese paseito por las villas miserias porteñas que macri que regaló, le digo:
bueno, ubaldo ya te di beso, qué más querès?
dos, me dice.
dos qué, la concha de tu madre?
dos besos.
por qué?, sos español?, hay inflación de besos?
porque es mi cumpleaños.
ah.... bueno, feliz cumpleaños, feliz cumpleaños, feliz cumpleaños. con la cuestiòn de que era el cumpleaños y que pobre, ubaldo, qué triste estaría, primer cumpleaños de viudo, el chabón me lambeteó toda la cara. quedé de cama. encima yo pensé que era bueno y de bueno no tiene ni un pelo de oveja. buchonazo, milico, con esa idea del deber al pedo que me subleva el espíritu santo y la trinidad guevara. está dele armar quilombo entre todos. te hace quedar como una pelotuda, te pide que te quedes en tu puesto de trabajo. decí que a mi todo me chupa tanto pero tanto un huevo que lo mando a cagar.
escuchame, ubaldo, por qué no vas a buscar la torta a ver si alguien te sopla la velita y me dejás a mi que decida cuando ocupo mi lugar y cuando salgo a pastorear- te juro por mi botox que se lo dije con fe y valor.
no, porque viste el director... me susurra.

el tipo para susurrar necesita agarrar. es agarrero. si no te toca, no respira. y te susurra cómplice como "soy tu amigo, te cuido del director".
mirá, ubaldo, le dije, no encuentro una expresión más adecuada, no me traje el cuaderno de metáforas, así que te pido disculpas por mi vocabulario (pedirle disculpas a un chabón que te narra las aventuras sexuales del peón y la ovejita, a lo que hemos llegado por un miserable salario) y te informo: a mi el director me chupa un soberanísimo huevo. yo trabajo porque vengo a laburar. y hago las cosas bien porque no sé hacerlas de otro modo. me educaron asi, el trabajo al dia porque tiene que estar al día, que el director, el ministro, el contribuyente, el fiscal, el jefe de gobierno o el larreta de turno... no es un tema mìo y no modifica mi esmero. entendiste?
y recién ahí soltò, el tipo (mi brazo, todavía lo sostenía como si estuviéramos en el subte y yo fuera pasamanos).

para mi que no renuevo contrato ni que le ofrezca el mentón para sus besos. al cabo que tambièn eso me chupa un huevo, y no justamente el de ubaldo.

viernes, 29 de enero de 2010

la importancia de tener bandita elástica

hace cuatro horas comencé mis vacaciones municipales. nunca antes tuve tantas ganas de irme a la mierda (¿o de la mierda?). qué lugar quema neuronas, por dior y la virgen de wandanara. hoy llegué y para donde miraba había alguien que me decía: "vení que tengo que contarte un montón de cosas". para empezar, se afanaron dos cámaras digitales de nuestro armario. los de mi área somos cuatro gatos locos y tenemos un mueble donde guardamos, justamente, aquellas cosas que no queremos que nos roben. la calidad y variedad de tales cosas es digna de un análisis exhaustivo que no tengo ganas de hacer. lo cierto es que ahí van desde los expedientes más complicados hasta las sopitas instantáneas, la leche en polvo y la caja de banditas elásticas. de banditas elásticas atesoramos dos cajas: una de tamaño estándar, esas que se usan para todo y que en una dependencia del estado resulta fundamental para sellar paquetes de galletitas abiertos (que también guardamos en el armario). me explico: vos cada tanto notás que ya es tu turno. entonces vas a la máquina tragamonedas expendedora de porquerías, con todo lo que implica utilizar monedas para otra cosa que no sea pagar el boleto de bondi, y comprás un paquete de cerealitas. están los más canutos que compran las agridulces don satur porque cuestan la mitad y rinden el doble. son riquísimas, pero no te las recomiendo si ya cumpliste el año de empleada pública: te ensanchan el orto y empezás a ver la vida cuadradita don satur. de todos modos ya te diste cuenta de que llevas mes y medio comiendo del paquete ajeno así que invertís tu tesoro metálico y te jugás con unas cerealitas paquete grande, las clásicas, nada de esas que vienen con cereales ni la versión pocket. entregás el paquete para que todos picoteen y, con un poco de suerte, quedan algunas. ahí es cuando la bandita elástica tamaño estándar cobra verdadero sentido. si vos guardás las cerealitas restantes sin ponerle una bandita, al día siguiente, cuando te clavás la primera cerealita de la tarde, te morís del asco: húmeda que parece una vainilla sin azúcar vieja mojada en té con leche amargo. en cuanto a las galletitas y la máquina que te pide monedas para dejar que un paquete de alguna porquería se suicide (viste que en esos aparatos los objetos se lanzan al precipicio?, son como una metáfora de los empleados públicos, estamos todos a punto de saltar pero nadie nos bendice con el empujón). jamás entenderé por qué éstas máquinas son heladera. para qué mierda ponen galletitas, caramelos, chicle y pastaflora (o pastafrola, flora es la gata no? siempre me confundo: o es gata frola? o pasta trola, en fin... da para pelotudear post y medio) en refrigerador? te cae el vuelto en moneditas congeladas (otra metáfora pero, esta vez, del salario del empleado municipal). un derroche de energía que no alcanzo a comprender. además, ley de murphy absoluta, la máquina, es decir la heladera, que siempre se rompe es la de las gaseosas, la de las galletitas funciona sin pausa. retomo lo de las banditas elásticas. la segunda caja es de las gigantes, esas sirven para atar expedientes que ya tienen tantas fojas que las carpetas de cartulina se ajaron y está todo despatarrado. nunca se sabe cuándo el presupuesto va a cortarse por la bandita más delgada, así que nosotros escondemos nuestro stock en el armario que, por si me olvidé de decirlo, tiene llave. de esa llave que es más fácil de vulnerar que una samsonite (viste que esas cerraduras de valijas las saltás con un clip _también escondemos cajas de clips en el armario_) hay tres copias. el director del área tiene una, la secretaria tiene otra y existe una tercera por las dudas, que llamamos llavero maestro o principal. igual es medio insólito porque como siempre alguno se olvida el suyo, escondemos el llavero principal en uno de los cajones sin llave, de modo tal que cualquiera más o menos atento, sabe qué tiene que hacer para saltar la cerradura si no encuentra un clip. recordar que la caja de clips está adentro del armario con llave.
cuestión que, entre tantas cosas, guardábamos dos cámaras digitales que suelen NO usarse en los procedimientos. hoy llego y una de las cosas de la lista de cosas que tenían para decirme es que desaparecieron las putas digitales. cáspitas. a mi no me pareció para nada raro. raro me parece que no desaparezcan más cosas, si todos los viernes, por ejemplo, alguien se roba la lamparita del baño de mujeres por qué habrían de respetar dos cámaras que nadie usa que fueron compradas por el estado a un precio insólitamente caro con funciones absurdamente inútiles para el uso que jamás se le daba en la dependencia que me contiene. además, si vamos al fondo de la moral y las buenas costumbres, alguien que te roba la coca cola fría de la heladera, sabiendo que es tuya, que irás a beberla en horarios donde no conseguirás ni ese, ni ningún líquido capitalista en cuatro manzanas a la redonda, ese individuo impiadoso que se caga en vos como en su propia madre, que no considera hurto beberse la gaseosa que pagaste con tu mínimo y pedorro salario en negro, por qué no habría de pensar igual a la hora de llevarse una cámara, una resma, un teléfono, un monitor... porque el armario tiene llave y la heladera no? le vamos a tener que poner candado a la coca cola?
y bueno, lo que digo es que puede pasar, que no podía dejar de pasar. el problema es que, como están inventariadas (lás cámaras, no las galletas) le pueden hacer un sumario al que firmó como responsable de las mismas. menos mal que no hay que firmar por cada abrochadora que desaparece porque, de ser así, estaríamos todos sumariados. bah, a mi no me pueden sumariar una mierda porque soy contratada, ahora ni siquiera tengo contrato de locación de servicio, el nuevo dice "contrato de obra". vaya uno a saber qué diferencias ilegales hay entre uno y otro. lo que es monotributo tengo que pagar lo mismo, lo mismo pero 100 pesos más porque aumentaron. yo digo, aumentan el porcentaje de aportes jubilatorios o siempre te descuentan el tanto por ciento? te aumentan el sueldo, aumenta proporcionalmente el aporte pero porque te aumentaron el salario, ¿verdad? bueno, acá no te aumentaron una mierda el contrato, pero el monotributo: 100 pesos más. es de locos. yo creo que no está lejos el día en el que para ir a trabajar a ese lugar de mierda, voy a tener que hacer un depósito en alguna cuenta del banco ciudad.
la cosa es que las cámaras no están más y yo le digo a la secretaria de mi jefe:

_ ¿justo hoy tuvieron que desaparecer?
_ no se sabe cuando desaparecieron_ me dice, hoy nos dimos cuenta.
_ sí, pero justo hoy cuando fue justo ayer que nuestro jefe se olvidó el llavero puesto en la cerradura del armario y yo me fui última, después de cerrar el armario, dejarle las llaves en el segundo cajón y mandarle sms para que las encuentre? a mi me da que pensar si no habré sido yo la que se las birló.

y ahí nos empezamos a pelear con la secre porque ella decía que no, que más podría haber sido ella que es la que tiene las llaves y siempre abre y cierra. nada, encerradas en un tema que no tiene más vueltas, en definitiva a ninguna de las dos nos pueden sumariar, me fui al otro rincón a escuchar los otros chismes de la fecha: un grupete nuevo, de enviados del partido que nos gobierna, le quita el control de un área al área donde está las persona que me chusmea el chisme, dejaron cesante a un pobre infeliz que estaba a meses de jubilarse, parece que el supremo de pollo necesita reducir personal y cesantearon a 150 municipales. toca toca, la suerte es loca, aunque nunca le toca al ñoqui, le cagaron la vida a un pobre tipo en edad de jubilarse. además uno que está señalado como coimero importante, pasado de frula que llega duro y ordinario como canapé de polenta, cagó a literales patadas en el culo a uno de los delegados gremiales. qué gremio, me preguntarás. no sé, son demasiados temas para un solo post, no pretendás entender en un ratito lo que yo no pude comprender en dos años y medio. por si fuera poco, me pasé toda la tarde de ayer escribiéndole una nota a un compañero sorete, hijo del pasado de frula, que seguro es el que me toma la coca cola zero, pidiéndole que tenga a bien ser mínimamente compañero. en fin, una larga notita en la que le sugería que haga como hacemos todos, ya que no lo hacemos por la patria, lo hacemos por nuestros compañeros, en tanto podríamos ser nosotros mismos, entonces cumplimos, mínimamente, con algunas pautas de solidaridad. el chabón, que se pasa más horas en la cama solar que en el laburo, y va cuando quiere, cosa que no podemos hacer todos, se hace el cómico y te carga en la planilla que vos después tener que usar para tu propio laburo, chistes. ponele, en lugar de cancha de river tipea: gallinero. entonces a vos te piden que busques cuántas veces en el año fuimos a la cancha de river y no encontrás los datos para confeccionar la estadística, o encontrás menos idas que las que corresponden, porque no se te ocurrió poner gallinero en la búsqueda. pero el tipo es la mar de gracioso. no tengo el gusto de conocerlo, solo sé que la mitad del equipo femenino que tiene ese placer dice que es desagradable y la otra mitad que está para comérselo entre dos panes. yo lo voy hacer untar con pasta de gusano y se lo voy a dar de comer a los de higiene alimentaria, vas a ver como no le quedan ganas de pelotudear. cuestión que le dejé mi cartita para que, por lo menos, cuando se cague en mí, sepa cuál es mi nombre, mi apellido y mi razón social. total que vienen las compañeras de área del galán de pelito versión 2010 y me dicen:
_ nos cagamos de risa con tu nota, pero el hijo de puta no trabaja más en nuestra área.
_ ah no? a dónde lo pasaron?
_ a la tuya.
podés creer? se puede tener tanta mala suerte? no, si estoy meada por un dinosaurio con síndrome de vejiga iquieta, me apuesto medio paquete de bizcochos marolio que cuando vuelva de mis vacaciones me lo voy a encontrar ahí, instaladito en mi escritorio, con su color artificial de silver solarium menemista y a punto de convertirse en el hijo malcriado del director, porque el padre, el mismísimo que, pasado de frula, cagó a patadas en el ojete al delegado, se presentó a concurso para ser el nuevo director. los resultados se sabrán el 15 de marzo, pero a mi me da que reúne ampliamente las condiciones: no hace un carajo y cobra alto sueldo, tiene un hijo seudo ñoqui, para ser ñoqui total le falta que el padre ascienda a director, pasado de éxtasis y pastillita azul que te da miedo. para mi que de ahí viene lo de "duro"... sospechado de coimero importante, parece que cobraba cinco lucas por levantar la clausura de tu comercio o pyme, lucas verdes, eh, que somos coimeros pero no boludos... yo no creo que le falte un solo ítem para consagrarse director general y su hijo pelotudo importante. así que imaginate. no veo la hora que terminen mis vacaciones para volver a la dignidad que solo me puede dar el trabajo y la equidad social.

miércoles, 27 de enero de 2010

no saber para dónde correr

el otro día me robaron en el descampadito que tengo que cruzar para llegar a la dependencia municipal. lo que más me impactó no fue el atraco sino la claridad que tuvo el caballero para convencerme de que lo más atinado, en mi lugar, era ofrecerle algún dinero a cambio de que él siguiera su camino para que yo pudiera completar el mío sin ningún tipo de desvíos. me repitió por lo menos cuatro veces algo así: "no lo intentes porque no tenés para donde correr". la versión de su advertencia, que no hacía más que describir mi situación concreta, cambiaba algunas palabras pero siempre haciendo foco en que no tenía salida. había que negociar con él que, me parece, tampoco vislumbra demasiados lados hacia donde disparar. la situación revelaba tanta orfandad por parte de los dos que no me quedó emoción para desencajarme por otro motivo que no fuera ese.
tuve tiempo a pensar una reacción, colocarme en una postura de negociación que en otras circunstancias me hubiera costado sostener.
en el hombro derecho tenía la mochila con mi agenda, mi billetera, el documento, el registro, las tarjetas... si se la llevaba, me esperaban horas de trámites, la paranoia de pensar que tendría mis llaves y podría encontrar mi dirección en algún puto papel de la mochila. en el bolsillo izquierdo del jean guardaba un billete de cien pesos, escondidito para que no fuera el premio de algún punga de los que abundan por once y nunca faltan por cualquier lugar. de pura casualidad y porque los días anteriores me había sorprendido si un peso y sin un cajero cerca con ganas de comerme una fruta y sin un billete para pagarla, la mayoría de las veces la situación habría terminado en el arrebato de la mochila sin mediaciones. así que, cuando tuve al señor en el punto justo, casi compartiendo mi punto de equilibrio, le dije que estuviera tranquilo, que le daba el dinero, que se fuera sin perder la calma. el hombre no podía perder algo que no tenía, parecía estar en otra dimensión, no necesariamente la que proporciona el exceso de alcohol porque no le sentí olor a tetra brick, así que me da que pensar que estaría pasado de paco o alguna sustancia barata. digo pensar porque nunca vi a nadie pasado de paco, solo me lo imagino en función de lo que dicen en los noticieros que es un tipo dado vuelta por la pasta base. no sé, me quedó la sensación de que con solo empujarlo con mi dedo índice podría haberlo derribado sin peligro, pero no quise hacer la prueba, mucho menos equivocarme. y tampoco, creo, quise tocarlo. ni quería que me toque. bastante tenía con lo que me había tocado su sentencia: "no tenés para donde correr". el caballero tomó el billete y siguió su camino igual de tranquilo o inquieto como lo había comenzado, repitiendo la idea de que no tenía escapatoria, con lo que más tarde me puse a pensar si me estaría hablando a mi o se estaría repitiendo a sí mismo que se había quedado sin opción. quizá fue eso y yo imaginé un enfrentamiento que no habría existido a no ser porque su línea y la mía necesariamente tenían que cruzarse en un punto común. me quedé temblando, buscando a alguien que me diera alguna mínima sensación de reparo o compañía en el sentimiento, pero no había nadie en el descampado, salvo el caballero que se alejaba con mis cien pesos. todavía me faltaba cruzar la rotonda y no me sentía del todo lúcida como para lograrlo sin fallas. esperé que llegaran varios vehículos que estuvieran de acuerdo en respetar el semáforo, cosa que pocas veces sucede, pero esta vez se me dio así que, protegida por una línea de coches dispuestos a darme paso, avancé. todavía quedaban varios metros para llegar a la entrada del laburo y, aunque las gafas negras me protegían y me moría de ganas, no pude llorar. entré y saludé como todos los días con la extraña sensación de estar mintiendo cuando respondía "bien"" a la pregunta de rigor: "¿cómo te va?" no tenía ganas de contarle a cualquier hijo de vecino lo vulnerable que podía hacerme una situación tan común como que un señor excedido en alguna sustancia desconocida para mí cruzara mi camino advirtiéndome que no me quedaba otra que pasar por el mismo punto en el mismo momento. dejé la mochila en mi escritorio y me fui al baño, esa cosa de confesionario que da el baño, solo una vez encerradita en el inmundo habitáculo me sentí segura para llorar un rato para, recién después, poder buscar a alguien a quien contarle que no es posible que sea tan fácil sacarle cien pesos a alguien, que no está bien que nadie nos cuide. yo me sentí sola y lo que más me indignó fue saber que al día siguiente me sentiría igual y a ninguna autoridad le significaría mínimamente nada. lo conté y rápidamente se armó la situación esperable: las quejas, la sugerencia de hacer la denuncia, inútil como cualquier denuncia, el compañero que se ofrece a acompañarte a la comisaría, la comisaría de película, con dos oficiales para tomar mil denuncias, leerle derechos a siete con portación de cara y una sola impresora para hacer palpable cualquier documentación. uno de los que estaban a cargo nos canjeó salir de testigos por apurar el trámite. el intercambio fue más o menos así: nosotros firmamos que se le leyeron los derechos a dos detenidos y un oficial dejó de hacer lo que estaba haciendo para tomarme la denuncia. nos aseguramos que firmar aquel papel no nos implicaría en futuras visitas a los juzgados y que podíamos escuchar la lectura de derechos sin que los chorros nos vieran y, minutos después, un chico de 23 años me tomó la denuncia. le pregunté para qué servía y me dijo que absolutamente para nada, que la causa terminaría archivada un ratito después en la fiscalía de turno puesto que, consultando qué me convenía, decidí decir que no era capaz de reconocer al caballero sin salida.
y nada, conté el episodio tantas veces como compañeros de laburo frecuento, expliqué cómo venía el "ladrón" y desde dónde llegaba yo, respondí preguntas del tipo: tenía arma, te lastimó, te robó los documentos, necesitás que te preste plata, para qué le diste, te apuntó, tenía navaja, era pendejo, estaba bien vestido, te amenazó, te hizo algo (y puntos suspensivos, creo que los puntos se referían a si me había manoseado o algo por el estilo). respondí estoicamente comprendiendo que, puesta del otro lado, hubiera preguntado las mismas pelotudeces. el director me mandó a decir que hiciera la denuncia, no sé si como una obligación civil o como un permiso otorgado "la dejo que haga la denuncia o le ordeno que haga la denuncia" y que me daría los 100 pesos. quizás pensó que mi tranquilidad existencial vulnerada volvería a su lugar si mi pantalón volvía a tener cien pesos. quién sabe. supongo que también me quejaría si no me los hubiera ofrecido. lo cierto es que el lunes el director me llamó a su despacho, me hizo las preguntas de rigor, me dio los 100 pesos prometidos y me dijo que lo sentía mucho pero que era lo que había, que lo mismo me podría haber sucedido en recoleta, que ahí es donde estábamos trabajando ahora y que quedarme o irme era una decisión pura y exclusivamente mía. que si me sentía insegura, bueno, buscara otro trabajo. sonó desubicado de su parte pero en el fondo, y en las formas, le agradecí, y le agradezco, la sinceridad. cuando uno tiene claro que nadie más que uno va a cuidar su integridad, cualquiera sea: física, moral, sicológica... entiende que no hay pataleo ni denuncia que valga. o se cruza el descampado o no se cruza nunca más.
ahora hay un compañero de la tarde que me busca y me ofrece sin invasiones acompañarme para que crucemos juntos a la hora de irnos. entre los dos buscamos a una compañera más y vamos tranquilos, sabiendo que pasarnos nos puede pasar cualquier cosa pero que si estamos juntos al menos nos sentiremos menos solos, huérfanos pero de a tres.

lunes, 18 de enero de 2010

municipal ¿se nace o se hace?

ya tengo muchas características de municipal. a saber:
a veces, me pinto las uñas en la oficina.
robo galletitas de los cajones vecinos.
protesto por todo.
todavía no había empezado el año y ya estaba organizando vaquita para comprar una tevé para mirar los partidos del mundial.
me pongo contenta cuando alguien cumple años, solo porque quizá, a lo mejor, quién sabe... trae budín.
no soporto que me saquen la silla y le escribo mi nombre con liquid paper. además de hacerlo para marcar territorio y poner orden, lo hago porque no le encuentro otra función al liquid papper. yo soy municipal, papi, si me equivoco no me doy cuenta y si me doy cuenta, tacho y a otra cosa mariposa.
pierdo todas las biromes que me dan. y cualquiera que tenga un compañero se me ocurre mía. todavía no le digo "me robaste la abrochadora", pero lo pienso. es decir: todas las abrochadoras son iguales pero si a mi me falta la mía y el de al lado tiene la suya, yo pienso que él la perdió y se afanó la mía.
no terminan de pasar los feriados de navidades que ya estoy mirando el almanaque a ver cuando cae carnaval.
soy capaz de convocar un festival de pulgas con tal que vengan a fumigar y me den el día libre.
por las dudas, no importa que sea lo que me preguntan, respondo: "no sé, me tendría que fijar".
adopté costumbres peligrosamente sedentarias como resolver todo a través de internos telefónicos o el clásico: "después voy".
tengo mi taza y mi vaso, para tomar mi sopa y mi agua, y no me gusta que nadie la toque, ni la mueva de su lugar.
no soporto llegar y que haya gente instalada en mi escritorio. a vos te gusta llegar a tu casa y que un chulo esté acostado en tu cama? bueno, a mi no me gusta que haya uno haciendo migas en mi mesa de trabajo.
chateo en horario laboral.
pelotudeo en horario laboral.
desbloqueo páginas que bloquean para que no pelotudee en horario laboral y lo hago en horario laboral: el desbloqueo y el pelotudeo.
(continuará)